domingo, 16 de diciembre de 2007

1 post en 1 año

Mar ha vuelto hoy después de un año en Anantapur. Está mucho más delgada que cuando se fue, aunque sus ojos se han agrandado y se han llenado de historias y de colores.

Había un millón de personas en la puerta de salida del aeropuerto; todas borrosas. Yo sólo la veía a ella, caminando despacio, como a cámara lenta, de rojo y amarillo y verde, con el pelo desordenado recogido en un moño bajo, arrastrando una maleta no muy grande a su derecha y un bolso enorme colgándole del hombro izquierdo.

Estaba guapa. Y enseguida me he dado cuenta de que también estaba cambiada.

Me ha sonreído, ha soltado el equipaje en el suelo y ha reclamado un abrazo mientras la primera lágrima me empezaba a resbalar por las mejillas. Mar es mi amiga del alma. La he echado mucho de menos.

Durante todo este tiempo no he dejado de escribirle, como le prometí. Ella sólo me envió un email hace quince días para pedirme que fuera a recogerla al aeropuerto. Un par de líneas en las que decía que tenía ganas de verme y que ya no tenía miedo de volver a Barcelona.

Mar huyó de su vida en diciembre de 2006, cuando ya no sabía ni quién era, después de dos años casada con el hombre que la hizo creer que no valía nada, hasta el punto de oscurecer su mirada luminosa y teñir de gris toda su ropa.

Hemos ido a desayunar junto a la playa. Allí, ha abierto su bolso, lleno de libretas, y juntas hemos empezado a leer un diario que ella ha ido escribiendo a lo largo del año. Notas de las cartas que le mandaba desde Santiago su hermano Javier, su única familia, mezcladas con historias sobre Aditya, su ángel de la guarda y compañera del hospital de Bathalapalli, o con noticias y mensajes que le hemos ido enviando amigos y algunos compañeros del Clínico que la esperaban a su vuelta tras la excedencia.

El 3 de diciembre el diario acababa con una única frase: “Me ha escrito Sonia. Domingo ha muerto en un accidente de tráfico. He llorado por los días felices que pasamos juntos”.

Esta era otra idea para 1 año en 1 post.

6 comentarios:

ChusdB dijo...

¡qué preciosidad! ¿qué tendremos en el subconsciente que,al final, olvidamos los malos recuerdos y sólo recordamos lo mejor de todos los momentos?

Gloria dijo...

Gracias, chus, seguro que es una forma de supervivencia, porque por muy pesimistas o desgraciados que seamos, en el fondo todos esperamos llenar nuestra vida de momentos felices.

Anónimo dijo...

Hola Gloria, tocaya.
Pasaba por mi blog y encontre tu comentario. Me alegro de tu sonrisa.
Te felicito por ese post de un
año, es un tema interesante divinamente relatado. ¡Suerte! quizá me anime yo también, me encanta el relato.
Arroba

Gloria dijo...

¡Gracias, Arroba! Bienvenida a mi fiesta. ¡Qué casualidad que seamos tocayas! Claro que sí, anímate, yo te leeré.

Un beso fuerte.

Anónimo dijo...

Que guai (como diría Bea) el final. Creo que este es el mejor relato hasta ahora.
Yo he hecho los deberes, ya he escrito sobre los últimos 365 días

Anónimo dijo...

Gostei muito desse post e seu blog é muito interessante, vou passar por aqui sempre =) Depois dá uma passada lá no meu site, que é sobre o CresceNet, espero que goste. O endereço dele é http://www.provedorcrescenet.com . Um abraço.